Casco Antiguo (Stare Miasto)

El Casco Antiguo de Varsovia (Stare Miasto) se alza con orgullo desde las cenizas de la historia, un lugar donde cada adoquín cuenta una historia de resistencia, belleza y renacimiento. Destruido casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido con increíble precisión, este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es uno de los ejemplos más notables de restauración en Europa.

En su corazón se encuentra la Plaza del Mercado (Rynek Starego Miasta), rodeada de casas de colores con fachadas de tonos pastel que brillan bajo el sol. Antiguamente el bullicioso centro de la ciudad medieval, hoy la plaza vibra con cafés al aire libre, galerías de arte y músicos callejeros que llenan el ambiente de vida.

El imponente Castillo Real (Zamek Królewski) domina el horizonte, antigua residencia de los monarcas polacos. Sus interiores barrocos y clasicistas, restaurados con gran cuidado, albergan obras de Canaletto, cuyas pinturas fueron esenciales para reconstruir la ciudad tras la guerra. En la Plaza del Castillo (Plac Zamkowy) se levanta la Columna de Segismundo, erigida en honor al rey que trasladó la capital de Cracovia a Varsovia en 1596.

Paseando por sus callejuelas, se descubren las Murallas de la Ciudad, la Barbacana y la majestuosa Catedral de San Juan, donde fueron coronados y enterrados los reyes polacos. La cercana Calle Kanonia, con sus casas curvas y su empedrado, parece sacada de un cuadro.

Hoy, el Casco Antiguo de Varsovia es mucho más que un barrio histórico: es un símbolo de vida y esperanza. En verano se llena de música y alegría, y en invierno brilla con el encanto de su mercado navideño. Visitarlo es adentrarse en el alma de Polonia.